#LuchaLibre Profesional Parte 2 - Características

La lucha libre profesional está llena de conceptos de diferentes tipos de shows. Cada pelea está más o menos coreografiada, aunque no exactamente hasta el más mínimo detalle, ya que los #luchadores no tienen mucho tiempo para practicar, mucho menos para peleas enteras, dado que pelean entre 20 y 28 días por mes. Gran parte de la pelea es improvisada, solo se planifican el comienzo, el final y algunos puntos clave en el medio; un buen luchador libre tiene la habilidad de hacer que una pelea fluya naturalmente, a pesar de esta falta de planificación.

Los programas de lucha libre recuerdan a las telenovelas para hombres (y de hecho el término «telenovela para hombre», o, en tiempos más recientes, «animé para rednecks«, se han convertido en sinónimos para referirse a la industria en su totalidad), con toda la emoción, melodrama y comedia ocasional que la frase implica. Otras organizaciones como #RingOfHonor #ROH buscaban tener una presentación más realista y cruda, sin dejar de incorporar elementos de telenovelas.

Todas las organizaciones de lucha libre tienen un «booker», una persona que decide qué luchadores van a ser los protagonistas (y ganadores) de un determinado evento. Algunas de las organizaciones más importantes tienen un equipo de booking, compuesto por agentes (los cuales ayudan a los luchadores a organizar sus peleas) y escritores (los cuales se encargan de los objetivos a largo plazo de las historias). Estos equipos suelen ser llamados «equipos creativos», o simplemente «creativos». Organizar peleas de lucha libre puede ser un trabajo muy difícil, muchos de los mejores momentos de la industria están relacionados con una buena organización de las peleas, mientras que el otro extremo puede ser devastador: las malas decisiones de booking llevaron a la #WCW a su extinción y a #TNA a su casi desaparición.

Los bookers no deben ser confundidos con los managers. Un «manager» público no se encarga de aconsejar a los luchadores durante sus carreras u ocuparse de sus negocios (a menos que esa también sea su función en la vida real, como ocurrió con #PaulEllering y los #RoadWarriors), sino que su función es la de apoyar e «hinchar» por sus dirigidos (especialmente si éstos son sujetos atléticamente probos, pero con un pobre manejo del habla o la articulación de palabras), insultar/engañar a sus oponentes e involucrarse de manera dramática o cómica en la acción durante la pelea. El manager puede servir a la trama en una gran variedad de tareas. Si un luchador es extranjero, un monstruo u otro personaje con dificultad de comunicación, el manager puede hablar por ellos. Una forma fácil de crear una «alianza» ficticia («stable») entre luchadores es mediante la compartición de un manager, y de la misma forma, una rivalidad entre luchadores también puede crearse entre managers ubicados en extremos opuestos de un determinado asunto. En el caso del Monstruo, el manager cumplirá el rol de «niño con el lazo». Una buena forma de darle a un «bueno» un giro temporario a «malo» es el de sugerir que está siendo manipulado, chantajeado, o sometido a una especie de control sobrenatural por un manager malvado.

A pesar de toda esta presentación, la Lucha Libre Profesional es realista en el sentido de que, detrás de la simulación de pelea, hay un peligro muy real. Las peleas solo son «falsas» por tener un resultado predeterminado; los Luchadores son más parecidos a los dobles de riesgo, ya que actúan físicamente una escena bajo riesgo de lesión y sin segundas tomas. Y a pesar de lo que seguramente hayan escuchado, sí se golpean, aunque sus movimientos estén diseñados para parecer menos dolorosos de lo que en realidad son, y eviten dañar a su oponente siempre que sea posible, sin que parezca demasiado obvio. El hecho de que una pelea de Lucha Libre se asemeje más a una escena de pelea de cine que a una pelea real no significa que los Luchadores no se estén arriesgando seriamente en cada pelea: ellos literalmente están poniendo sus vidas en las manos de sus oponentes, y el más mínimo error puede resultar (y con frecuencia resulta) en huesos rotos, un cuello roto, parálisis, e incluso la muerte. ¡Es por esto que se recomienda que no intenten nada de esto en sus casas!

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