(Por Federico Bur para La Cancha Junín, con respecto a Sarmiento-Tigre, el bochornoso arbitraje de Fernando Espinoza y las declaraciones cuasi-fascistas de Ricardo Zielinski.)
Si uno prende la tele, lee el diario o escucha la radio va a percibir que, al igual que en la política, en el fútbol predomina cierto discurso hegemónico que intenta apropiarse del sentir del ciudadano promedio. Y, como en la política (aunque en menor medida), esas voces responden a poderosos intereses que cultivan esta idea desde hace mucho tiempo. Los mentores de tal idea hegemónica llaman esa forma de percibir el fútbol como “de izquierda” y dicen ser “el fútbol que le gusta a la gente”. Y creen, entre otras cosas, tener el derecho de determinar qué SÍ es fútbol y qué NO puede ser considerado fútbol. Aseguran ser el fútbol del pueblo pero, en realidad, todo su contenido es absolutamente fascista. Contradictorio, ¿no?
Ahora bien, ¿de qué se trata esta idea? Básicamente de preponderar “la belleza del juego” por sobre el resultado. Y, de la mano, condenar absolutamente toda estrategia que, según ellos, no sea válida por no respetar esa belleza, como acudir a métodos que catalogan con el término de “destructivo del juego” con el fin de ganar como sea. Por lo tanto, en esa supuesta capacidad de determinar qué es y qué no es fútbol, encontramos la primera característica que define a esta idea como fascista. Idea que va más allá de lo que el propio reglamento permite, vale la aclaración. Ellos, en su supuesta pureza del juego, no permiten que un equipo plantee una estrategia defensiva ante un rival con mayores recursos. ¿Hay algo más de derecha, fascista y conservador que eso? que el poderoso le gane al débil porque el poderoso tiene más talento. Simple. Esperar que un Fiat 147 corra una picada contra una Ferrari y no evaluar la opción de ponerse delante para que no acelere libremente. Un espanto. Eso, que ellos llaman “destrucción del juego”, les parece más fácil de desarrollar que su concepto antagónco: la “construcción del juego”. Es muy habitual leer que “es más fácil destruir que construir”. Nadie entiende bien el por qué de esa afirmación, ni el por qué de esa seguridad con la cual afirman que es fácil llevar a cabo una eficaz estrategia defensiva para priorizar el arco en cero y buscar un gol de formas anti hegemónicas, como un contragolpe o una jugada preparada en una pelota parada. Pero, partiendo de esa premisa, siempre me pregunté lo siguiente: ¿por qué, en tanto más fácil destruir que construir -según ellos-, no claudican en su idea de construcción? Suena un poco tonto estar convencido de que una metodología es más simple que la otra para lograr un objetivo e insistir con la difícil. Si el objetivo del juego es marcar más goles que el rival para ganar, lo más inteligente deberá ser llevar adelante los métodos que más chances te otorguen de lograr dicho objetivo. Y si están convencidos de que destruir es más fácil que construir, ¿para qué insisten en construir? O será acaso que la frustración que les genera una estrategia defensiva eficaz, y la posterior exposición a la debilidad de su discurso, los violenta de tal forma que deben afirmarse en el desprestigio y la negación de aquellos a quienes pudieron superar?
Nosotros, los de enfrente, jamás nos quejamos -ni nos quejaremos- de los recursos utilizados por el rival. Si nos superan, buscaremos la forma de corregir los errores que tuvimos para mejorar y estar mejor preparados en el próximo enfrentamiento. Y esto aplica para cuando, siguiendo sus conceptos, intentamos tanto “construir” como “destruir”. Sí, porque de eso se trata el deporte, de ser pragmáticos, de adecuarse a cada situación para lograr el objetivo de ganar. Y ahí es donde nace una de las cuestiones más absurdas que plantean: el hincapié en las formas más que en el resultado, en un deporte en el cual el reglamento define una sola forma de considerar ganador a un equipo: la cantidad de goles anotados. Ellos, los fascistas del fútbol, creen que “la gente” (si, creen poder opinar en nombre de “la gente”, sujeto abstracto y único) prefiere el cómo al qué, y entonces ganar deja de ser lo más importante. Una pavada. Y es una pavada que atrae aparejada otra pavada fascista: el supuesto derecho de determinar qué es bello y qué no lo es, sin considerar que la belleza es un concepto absolutamente subjetivo. Entonces pasa a ser inválido que a un sujeto le resulte placentero ver a un equipo defensivo obtener un 0 a 0.
(Sigue...)
#Fútbol #FútbolArgentino #Argentina #Sarmiento #Tigre #Arbitraje
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¿Son los #Spinoffs tan buenos como dicen?
Nuevo resumen semanal, dónde también comento
🔰 La nueva separación de Genius $GNS
🔰 Actualización del #spinoff de Castor Maritime $CTRM
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Después del escándalo arbitral de ayer en Manresa, solamente nos faltaba ver esta vergüenza de arbitraje contra el Baskonia.
#arbitraje ACB
🐦🔗: https://n.respublicae.eu/GorkaKB/status/1617131925507870721
Aún le quedan muchos flecos, y tiempo, para el cierre de la oferta de adquisición que hizo Amazon para quedarse con iRobot
Pero actualmente, el margen de un posible #arbitraje es de +23,86%
Interesante revisión de los obstáculos judiciales de Microsoft ("el buen monopolio") para cerrar la adquisición de Activision Blizzard
#arbitraje
https://mattstoller.substack.com/p/ftc-to-block-microsoft-activision
Me llama la atención el spread de un 17,69% que hay en la adquisición de iRobot $IRBT por parte de Amazon $AMZN
Ya sé que le quedan días y que distintos países han abierto investigaciones. Pero es un margen muy grande, para una operación de sus características
#arbitraje