En el Cortijo de San Miguel (en Benahadux, Almería) se encuentra un atípico edificio que más parece una torreta. Lo último que alguien se esperaría es que fuera un palomar, pero esa fue su función durante muchos años. El palomar está construido sobre la balsa del Cortijo del Marqués de Cádimo, y forma parte de sus terrenos privados, de modo que no está abierto al público. Consta de cuatro arcos que en el pasado sirvieron como hogar de las aves, y sorprende su trabajada decoración de piedra labrada, que va en aumento conforme ascienden las plantas. La decoración se basa en motivos vegetales y fue un capricho del marqués de Cádimo, amante de las palomas. Como toda finca histórica no escapa a los rumores y leyendas...
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(Fuente de las fotos: Sebastián López y blog de Benahadux en fotos)
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