Mientras #HijaDeQuince me muestra algo en su celu, veo que tiene de fondo de pantalla la tapa de Artaud.
—¿Te gusta Artaud?
—Discazo, pá.
Listo, gente. He cumplido mi cometido. Hasta acá llegué. Sigan ustedes.
#hijadequince #musica #music #rock #pescadorabioso #artaud #Spinetta
#HijaDeQuince hace unas trufas y dice que son de ella.
No, le retruco, todos los productos los compré yo y puse las herramientas. Vos solamente las hiciste. Tomá una trufa, yo me quedo con el resto y no te quejes. Chau, suerte. Bienvenida al sistema capitalista.
#DiaDelTrabajador
#hijadequince #diadeltrabajador
#HijaDeQuince se volvió tan fanática de la Fórmula 1 que quiere que mañana la despierte antes de las 8am para que veamos la carrera juntos, en directo.
Un domingo.
#HijaDeQuince está viendo en el colegio la función cuadrática. Le enseñaron un método medio extraño y yo ya muero de ganas de que use «menos b, más menos raiz cuadrada de b cuadrado menos cuatro por a por c, dividido por dos a».
Me entero que los padres de las compañeras de colegio de #HijaDeQuince están gastando entre US$20.000 y US$25.000 por las fiestas de quince.
Que bueno que ella eligió un viaje.
PD: ¿cuándo se terminará esta pavada tan demodé de las fiesta de quince?
Igual, prefiero acompañar a #HijaDeQuince a ver a los RHCP antes que a «alguna de las cosas que escuchan los jóvenes hoy en día».
Dos veces fui a ver a los RHCP. Ambos recitales me parecieron MUY malos. Al punto tal que en uno de ellos me fui al sexto tema. Pésimos sobre el escenario, en especial Anthony Kiedis que siempre canta desafinado.
#HijaDeQuince me acaba de pedir que quiere ir a verlos...
#HijaDeQuince me contó que estuvo escuchando algo de Pink Floyd. En particular escuchó varias veces The Dark Side Of The Moon entre otros discos.
«Se me pone la piel de gallina cuando escucho The Great Gig In The Sky», me dice.
Y yo contengo las lágrimas de felicidad...
Me crié en una familia en donde la música formaba parte lo cotidiano. Y cuando digo música estoy hablando de música clásica. Si, sonaban otras cosas como tango o folklore, pero la música clásica en general y la ópera y la danza en particular eran para mi lo cotidiano.
A mis once años empecé a prestarle atención a la música de moda que pasaban por la radio, pero a los doce hice un clic cuando me compré mi primer cassette. Fue en 1986 y me había salido 6 australes que pagué de mi bolsillo. Fue en esa pequeña disquería que estaba a la vuelta.
Pero claro, no era música clásica; era rock. The Final Countdown de Europe habia sido el elegido.
Ese año fue intenso. Comencé a grabarme cassettes gracias a las novedosas doble-cassetteras y en pocos meses conocí a Bon Jovi, Kiss, Iron Maiden, Metallica y Megadeth.
Y claro, empecé a querer tocar la guitarra como ellos. Distorsiones, baterías, gritos... La rebeldía, imagino.
Recuerdo con nostalgia una tarde de uno de los tantos fines de semana de aquellos años. Estaba en mi pieza escuchando Metallica. Como siempre.
Entró mi papá y escuchó.
Es interesante, me dijo. Lo miré como un adolescente mira a su viejo: con la displicencia que manejamos a esa edad. ¿Qué iba a decirme él sobre MI música? (así, en mayúsculas). Acá estoy bien, encerrado en este mundo de rebeldía y ruido.
Que se quede con sus discos soporíferos y sus cantantes tediosos.
¿Escuchás lo que está haciendo la batería y el bajo? ¿Ves cómo van y vienen? Tun-ton-tun-ton-tun-ton. ¿Lo escuchás?
Presté atención. Sentí cómo una puerta comenzaba a abrirse.
Creo que tengo algo así, me dijo y se fue a buscar uno de sus discos. ¿Puedo?, preguntó. Asentí.
Y ahí estaba, la misma estructura. Pero sin batería, ni guitarras, ni bajos, ni gente gritando (bueno, en la ópera si).
Me quedé mirándolo.
Sonreía.
Sacó su disco y se fue.
Días despúes me marcó que lo que estaba escuchando tenía un tiempo menos cada cierta cantidad de compases. Está en 4/4 pero cada tanto está en 3/4. ¿Ves? Seguí el ritmo. ¿Ves como quedás al revés? Es porque le falta un tiempo.
En otro momento, mientras escuchaba un recital, en pleno solo de guitarra, él entra a mi pieza, escucha y me dice: ese es «El vuelo del moscardón» de Korsakov. Creo que tengo una versión en piano. Y fue a buscar el disco. Y lo puso.
Y ahí estaban. Las mismas notas. O casi. Está en otro tono, me explicó.
Estos momentos se siguieron repitiendo cada tanto. A veces sin necesidad de tener a mi música como referente.
Casi sin querer me encontré escuchando la obertura de «Mañana, tarde y noche en Viena» de von Suppé por motu proprio, con sus momentos épicos que me hacían imaginar una cabalgata o sus más profundas tristezas (el solo de cello y su última nota aún me humedecen los ojos).
La puerta se había abierto. Sin darme cuenta estaba dejando de «oír» música para empezar a «escuchar» música. Esos cassettes que había puesto cientos de veces habían tomado un nuevo color; una nueva dimensión. Sus luces y sombras eran otras.
Cada escuchada eran nuevos detalles. Y cada uno de esos mundos siguen apareciendo hoy cuando escucho esos discos y siempre encuentro algo nuevo. Y, claro, aumentaron las ganas de estudiar un instrumento, cosa que hice en aquel momento y sigo haciendo 36 años después cuando puedo.
Cada tanto intento hacer lo mismo con #HijaDeQuince, pero no me sale tan bien. Ella estudia piano hace algunos años y escucharla tocar y cantar para mi es un lujo. Creo que le abrí su puerta lo suficiente para que ella explore el resto del camino.
Esta pequeña historia no tiene final. Al menos no por ahora. Este pequeño legado ya cruzó tres generaciones. Quien sabe qué ocurrirá en el futuro. Mientras tanto vuelvo a darle play a esa canción que escuché miles de veces.
Y ese tun-ton-tun-ton-tun-ton está ahí, mimetizado con aquel disco de pasta lleno de frituras que hacía lo mismo a otra velocidad u otro tono, pero que fue esa llave que me abrió la puerta de este mundo sonoro que cada día disfruto más.
#HijaDeQuince se volvió fanática de la Fórmula 1. Así que estamos viendo la clasificación de Bahrein.
Y recuerdo cuando madrugaba los domingos para ver correr a Senna y Prost. 🥲
Estoy viendo El Mago de Oz con #HijaDeQuince.
«¿Cómo hacían esos efectos en esa época?».
La sorpresa trasciende las generaciones.
#HijaDeQuince en Nueva York con la madre, dice que no quiere irse nunca de yankeelandia.
Ay, justo en mi corazoncito argento y socialista.
Entre tanta emoción, acabo de volver de ver a #HijaDeQuince en su muestra de piano. Tocó y cantó así... como si nada. Y me explota mi ya maltrecho corazón.
Me dijeron que ser papá iba a ser hermoso, pero no que iba a estar lagrimeando ante cada paso que ella iba a dar.
❤️